COVID-19 es la tercera llamada a mover la proveeduría a Norteamérica

23 marzo, 2020

MÉXICO—Para Óscar Albin, presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), el desabasto de componentes en las plantas automotrices, tras el colapso en las cadenas de suministro globales por el coronavirus COVID-19, es la tercera llamada a reducir la dependencia de China como proveedor de componentes electrónicos.

“La primera fueron los aranceles impuestos por Estados Unidos a los insumos chinos a mediados del año pasado, la segunda fue el incremento de contenido regional para automóviles que exige el T-MEC y que obliga a los fabricantes de autos a comprar más piezas en Norteamérica, la tercera es el coronavirus ¿Acaso necesitamos una cuarta llamada?”, dijo Albín en una conferencia de prensa.

La industria automotriz en México lleva una década buscando sustituir importaciones de componentes chinos por producción local sin mucho éxito. China ofrece una escala industrial inigualable y las armadoras que operan en la región no pudieron resistirse. Durante los últimos 20 años, han convertido al país asiático en su fábrica de componentes electrónicos y de otras decenas de piezas.

Recientemente un proveedor de un insumos usados para dar el acabado exterior de los modelos Mazda3 y CX-30 que Mazda ensambla en Guanajuato, aumentó en un 50% la producción en su planta de México, transfiriendo la línea de ensamble desde la provincia china de Jiangsu, donde las cadenas de suministro han sido muy afectadas por el brote de coronavirus. La medida le ha costado a Mazda más de US$5 millones.

En 2019, México realizó compras de autopartes chinas por US$8,000 millones, que representaron 14.5% del total de las importaciones, según datos de la INA. Ese es el tamaño de la oportunidad.

Pero Albín considera que, aunque ya ha habido algunas inversiones que han llegado a México tras la pandemia, la gran mayoría de los nuevos proyectos desembarcarán en Estados Unidos.

Fuente: Expansión