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Un acuerdo preliminar entre el gobierno del presidente Donald J. Trump y el Reino Unido ha generado inconformidad entre fabricantes de autos, debido a que privilegia importaciones del país europeo sobre las de México y Canadá, cuyas industrias están mejor integradas a la estadounidense.
Según los detalles anunciados por ambos gobiernos a principios de mayo, prácticamente todos los vehículos producidos en Inglaterra pagarán un gravamen de 10% al ingresar al mercado estadounidense, mientras que las unidades provenientes de sus socios dentro del TMEC pagan hasta un 25%.
Esta situación llevó a que los tres principales grupos automotrices de Detroit, General Motors, Stellantis y Ford, a través de sus cabilderos, gestionen ante la Casa Blanca que se revierta este criterio, pues pondrá en desventaja sus operaciones en Norteamérica, señala un reporte de AutoNews.
Al respecto, directivos de S&P Global Mobility estiman que el trato arancelario para México y Canadá será más favorable una vez que se vayan logrando acuerdos, y que la disparidad con el Reino Unido es temporal y se debe simplemente “a que fueron los primeros de la fila”.
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