La Tregua Se Terminó
Thomas Karig/El Pulso de la Industria
Los resultados del primer semestre de 2024 confirman lo que veíamos venir desde inicios del año. Los mercados están estancados, los precios bajan, y muchas empresas tienen problemas para financiar y gestionar su transición tecnológica.
Estados Unidos reporta un crecimiento moderado de las ventas de autos de un 2.3% en los primeros 6 meses, pero el mes de junio ya estuvo 3% abajo del año pasado. El mercado europeo reporta +4.5%, pero sigue 18% abajo del nivel prepandemia. Los únicos crecimientos fuertes los observamos en México y en Brasil, donde las ventas aumentaron un 11% en el primer semestre.
China, como siempre, presenta un panorama especial. Las ventas de automóviles suben 6.3% en lo que va de 2024, aunque aquí también del mes de junio muestra una contracción de -2.3%. Lo notable en China es que las ventas de las marcas locales crecen un 22.4 % en este período, mientras que las japonesas se contraen en 14.7%, las alemanas en 6.8% y las estadounidenses un 22.2%. Esta fortaleza de las marcas chinas se refleja también en sus crecientes exportaciones, y en las reacciones de algunos países de imponer aranceles adicionales a los automóviles chinos.
Varias de las armadoras ya están sufriendo el impacto de este entorno competitivo.
Stellantis reportó una reducción de 10% de sus ventas a nivel mundial, causado principalmente por un 16% menos en Estados Unidos, y específicamente de 20% menos ventas de sus camionetas RAM. Las consecuencias para los ingresos son dramáticos: menos 14% en 6 meses de 2024. El presidente de Stellantis, Carlos Tavares, amenazó con desaparecer las marcas de su grupo que no generen utilidades. Una de ellas podría ser Chrysler.
Nissan vendió más o menos el mismo volumen en el segundo trimestre de 2024 que el año anterior, pero sus utilidades se fueron a cero.
En el mismo período, Ford incrementó sus ventas en un 2%, sin embargo sus utilidades fueron 23% menos, también relacionado con altos costos de garantía por enfrentar problemas de calidad en el campo. Las ventas de la camioneta F150 en Estados Unidos cayeron un 8%.
Tesla sufrió un doble impacto. Vendió 5% menos vehículos a pesar de haber reducido sus precios. Sus utilidades se desplomaron un 45%. La creciente competencia sobre todo en China está dejando sus huellas. La decisión de aplazar indefinidamente la construcción de otra planta en México es la consecuencia lógica.
Otra empresa que está pensando en cerrar plantas es GM. Aunque en general le ha ido mejor en 2024 que a sus competidores, incrementando ventas en un 6% y sus utilidades en un 10%, en China sus vehículos tienen cada vez menos demanda. De 4 millones de modelos GM que se vendían anualmente en ese país hace algún tiempo, ahora son apenas 1 millón. Para producirlos serían suficientes dos de las 4 plantas que GM opera en China.
“La competencia brutal a través de la reducción de precios en China afecta también a los fabricantes locales. Sus utilidades son muy bajas”
La situación en China también está impactando a las marcas alemanas. A nivel mundial en el primer semestre, la marca Volkswagen registra una contracción de su volumen de venta en un -0.6%. Audi vio reducidas sus ventas en un -8%, y también Mercedes bajó un -6%. BMW se mantuvo con cifras positivas del 2.3%. Audi y Mercedes también tuvieron cifras negativas en Europa y, por cierto, en México. A Volkswagen, por el otro lado, le fue bien en Estados Unidos (+26%), en México (+23%) y en Brasil (+22%). Esto le permitió compensar las pérdidas en China, donde BYD desplazó a Volkswagen como líder en el mercado.
Toyota, por su parte, perdió un -10.8% de ventas en China, además de un -22.3% en Japón relacionado con un problema de cumplimiento con el proceso de certificación.
La competencia brutal a través de la reducción de precios en China afecta también a los fabricantes locales. Sus utilidades son muy bajas, algunos pierden dinero y luchan por sobrevivir. Esta situación impacta a los proveedores de autopartes, que reciben presión constante para reducir sus precios.
Por supuesto, la misma presión la sienten los proveedores en otras partes del mundo. En Europa ha habido una serie de empresas que han tenido que vender o fusionarse con otras. Un ejemplo ha sido la unión de Faurecia con Hella, para crear una nueva empresa, Forvia, que se posiciona como la número 10 del mundo. Otra noticia que llamó la atención recientemente fue el anuncio de ZF, la tercera empresa de autopartes más importante a nivel global, de la eliminación de 14,000 puestos de trabajo, un 25% de su plantilla en Alemania.
Una estrategia para enfrentar los bajos niveles de crecimiento, la presión sobre los costos, y acelerar los ciclos de innovación, son las colaboraciones entre competidores. Recientemente, hubo una noticia del Grupo Volkswagen que llamó la atención.
Con una inyección de capital a la start-up de autos eléctricos Rivian en Estados Unidos, Volkswagen busca tener acceso al software desarrollado por Rivian, para usarlo en los autos eléctricos de sus marcas. Para Rivian, la inversión de Volkswagen asegura su supervivencia financiera y le permitirá lanzar nuevos modelos, ampliando su base de volumen y equilibrando sus resultados. Volkswagen espera reducir sus tiempos y costos de desarrollo para hacer más competitivos sus autos eléctricos. No es la primera alianza que Volkswagen hace para adquirir tecnología. La anterior fue un acuerdo con la empresa china Xpeng para desarrollar dos modelos eléctricos para el mercado chino. Pero ahora, con Rivian, la tecnología ofrecida en los autos Volkswagen en todo el mundo ya no será tecnología de la casa. El encabezado de un artículo sobre el tema decía: “Podrán Rivian y Volkswagen salvarse mutuamente?”
Durante muchas décadas, la industria automotriz alemana presumió un liderazgo tecnológico que determinó su prestigio y por tanto la preferencia de un público dispuesto a pagar por ello. En el mundo automotriz de hoy, las cosas han cambiado. La tecnología automotriz ahora se define a través del software, sobre todo, pero no solamente, en los autos eléctricos.
La ventana de oportunidad para que las empresas automotrices tradicionales reorienten sus prioridades y capacidades tecnológicas se está cerrando. Las empresas lo saben, y están buscando y encontrando la manera de mantenerse vigentes.
La tregua de la postpandemia se terminó. El mundo automotriz está cambiando a un paso cada vez más acelerado.