Horsepower
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Fisker, firma de autos eléctricos con sede en California fundada por el diseñador danés Henrik Fisker, se declaró finalmente en bancarrota luego de fallidos intentos de reestructuración, atraer más capital y vender sus activos y patentes a otras automotrices.
Esto se ha convertido en una pesadilla para cerca de 6 mil 400 consumidores que adquirieron una de las camionetas Ocean, el único modelo que la compañía logró lanzar y cuyo debut estuvo plagado de problemas técnicos, desde cuestiones de calidad hasta problemas de software, pese a que su precio inicial era de 41 mil dólares.
Los abogados de Fisker afirmaron ante una corte en Delaware que la compañía piensa vender las cerca de 4 mil camionetas que aún tiene en inventario a una empresa de Nueva York que renta autos eléctricos a choferes de Uber y Lyft.
Del éxito de esta operación dependerá en gran medida que la compañía obtenga recursos para honrar las garantías de los vehículos que ya comercializó.