Crece comercialización a distancia a raíz de la pandemia

24 agosto, 2020

Horsepower

MÉXICO—El cierre de las agencias de vehículos nuevos como parte de las medidas para frenar el avance del COVID-19 se convirtió en un fuerte motor para la transición digital de las ventas. Durante los meses de abril, mayo y junio en los que se ha llevado a cabo el confinamiento, la industria automotriz ha logrado comercializar casi 140,000 unidades, casi exclusivamente a través de canales remotos.

Aunque ese monto representa prácticamente la mitad respecto del número de vehículos comercializados durante el mismo período de 2019, se trata de un hecho significativo que se haya conseguido sin pisos de venta y exhibición físicos.

“Este punto tuvo un porcentaje alto de éxito respecto a la experiencia previa a la pandemia de COVID-19, tanto en la mejora operativa de los distribuidores, así como en la aceptación por parte del cliente para utilizar estas herramientas de contacto”, dijo Guillermo Rosales, director de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).

Rosales comentó que los distribuidores de automotores optaron por la operación de ventas a distancia, utilizando diferentes herramientas digitales como sitio web, redes sociales, correo electrónico y atención telefónica. Incluso, diversas marcas mantuvieron su publicidad con ofertas al consumidor y opciones de compra.

En lo que ha sido una rápida adaptación al nuevo ecosistema de ventas, afectado además por la crisis económica y el avance del desempleo en México, la industria incluso ha conseguido aligerar la caída en las ventas de vehículos nuevos.

Pero la pandemia sólo aceleró tendencias que estaban visibles desde hace algún tiempo en el escenario de ventas automotrices.

Una encuesta de la consultora de mercados Iab México difundida a inicios de este año reveló que 58% de las personas que están interesadas en los automóviles buscan información en internet sobre estos intereses, en tanto que 15% busca estar actualizado sobre los nuevos productos.

Fuente: El Economista