Las imágenes de trabajadores que ensamblan vehículos de principio a fin quedaron en el pasado en Ford México. En su lugar, ya hay robots que transforman piezas de lámina en puertas, costados, pintan carrocerías o colocan parabrisas. Esto es un claro ejemplo del avance que ha tenido la automatización en la industria en el país.
Esta transformación ocurre en todos los niveles, incluso en algunas pequeñas y medianas empresas, que se han percatado de que el uso de las nuevas tecnologías puede ayudarles a incrementar su productividad mediante procesos más precisos.
El área más destacada en la adopción de procesos automatizados es la automotriz, ya que requieren de soldadura o de exposición a calor o a materiales químicos, en las que, por razones de velocidad y seguridad, su ejecución resulta riesgosa y complicada si la realizan obreros.
“Traer automatización a los procesos productivos se vuelve trascendental para asegurar que se consigan dos de las misiones principales, que son el control de procesos y la efectividad de los mismos”, dice Carlos Mortera, director internacional para América Latina de la Asociación de Tecnologías para la Manufactura (AMT, por sus siglas en inglés).
Agregó que México es uno de los grandes consumidores de robots industriales en América Latina, por lo que mejorar y desarrollar la productividad y la capacidad de estas tecnologías representa una oportunidad de negocios para las compañías locales e internacionales.