NUEVO LEÓN – La falta de semiconductores o chips ha afectado a toda la industria automotriz en Nuevo León, y se estima que este año se producirá un 20% menos de vehículos, mientras que las ventas están creciendo más que el inventario de los fabricantes de automóviles.
“Sin embargo, dado que es un problema global, podría extenderse durante el próximo año, dijo Manuel Montoya Ortega,” Director del Clúster Automotriz de Nuevo León.
Montoya Ortega explicó que en 2021 se producirán un 20% menos de autos por falta de semiconductores, por otro lado, hay más demanda, algunos modelos no están disponibles y las ensambladoras no pueden abastecerlos. En lo que va de año, la demanda de chips continuará y probablemente se extenderá hasta el próximo año.
Los semiconductores contienen silicio y selenio, que tienen propiedades para conducir la electricidad y son indispensables para la fabricación de automóviles.
Según Nikkei Asia, el inventario total de los nueve principales fabricantes de chips del mundo alcanzó un récord de US$64,700 millones a fines de junio, ya que estas empresas buscan aliviar la escasez prolongada que ha interrumpido las cadenas de suministro de la industria automotriz.
El Director del Clúster Automotriz de Nuevo León enfatizó que se están realizando grandes inversiones en el otro lado del mundo para producir semiconductores, y debido al aumento de la demanda de las plantas de ensamble, el T-MEC abre oportunidades para que los fabricantes de chips se ubiquen en esta área.
Según la Industria Nacional de Autopartes (INA), la producción de autopartes en México alcanzará los US$92.300 millones en octubre de este año, lo que representa una variación anual de 17,7%.
“Sin embargo, el impacto de la falta de semiconductores en la producción de vehículos de enero a octubre de 2021 se estima en US$11 millones en la región de América del Norte, con un impacto en los volúmenes de producción en Estados Unidos, México y Canadá de 2,2 millones de automóviles a partir de enero a octubre”, según datos del INA, con información de IHS Markit.
Fuente. El Economista