Plantas automotrices en Estados Unidos en paro por falta de autopartes mexicanas

22 mayo, 2020

MÉXICO—Luego de que dos plantas ensambladoras de vehículos en Estados Unidos cerraran en los últimos siete días por la falta de proveeduría de autopartes, otras armadoras que han recomenzado sus operaciones en ese país advirtieron que les podría ocurrir lo mismo si no tienen abastecimiento de otros países, incluido México.

Uno de los casos es el de la planta de Mercedes-Benz, en Vance, Alabama, la cual reanudó operaciones el 27 de abril, pero que se vio obligada a cerrar el pasado viernes por escasez de partes. Esta planta ensambla vehículos utilitarios deportivos y Daimler AG informó que planea recuperar la producción durante una semana libre programada para el verano.

La escasez se debió a la falta de importaciones de piezas desde México, donde las plantas de autopartes no han reanudado aún operaciones porque la propagación del COVID-19 atraviesa por su pico, aunque al mismo tiempo se alistan para recomenzar sus actividades.

Otro caso es el de una planta de Volvo en Ridgeville, Carolina del Sur, que reanudó su ensamblaje el 11 de mayo, pero lo volvió a frenar el 19 de mayo por falta de partes automotrices.

Ninguna de las plantas ha fijado fecha para la reapertura de operaciones.

Ya 38 plantas automotrices están abiertas en Estados Unidos, de las empresas General Motors, Ford, Honda, FCA, BMW, Volkswagen, Nissan y Toyota.

No obstante, otros fabricantes de automóviles informaron a Reuters que, si México no reanuda la producción de piezas en la semana en curso, se verán obligados a detener sus operaciones.

En los últimos días, el gobierno estadounidense ha presionado a México para que haga la reapertura de las plantas de autopartes, a fin de que funcionen las cadenas regionales de producción lo más pronto posible.

Como el brote del COVID-19 llegó varias semanas después a México, la secretaria de Economía, Graciela Márquez, ha informado que el gobierno mexicano decidió que “se iba a priorizar la salud, y que teníamos que empezar a hacer este descongelamiento, esta reapertura, hasta que tuviéramos certeza que esto no iba a impactar la salud”.

Fuente: El Economista