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La administración Trump autorizó reducir a la mitad los aranceles a la importación de acero y aluminio proveniente de México y Canadá destinado para la producción tanto de vehículos ligeros, como de camiones medianos y pesados.
Con esta medida, la tarifa a aplicar a los metales de estos países será de 25% a partir del 1 de noviembre, fecha en la que inicia la vigencia de esta nueva serie de medidas orientadas a dar un alivio arancelario a la industria automotriz del vecino país y de Norteamérica.
El ajuste se limita a “cantidades de aluminio o acero equivalentes a la nueva capacidad de producción de Estados Unidos comprometida”, según lo determine el Departamento de Comercio y en ningún caso será menor a 25%.
Los ajustes solo se aplicarán a los metales que califican para un trato preferencial bajo las normas de libre comercio de América del Norte y que fueron fundidos y colados en Canadá o México.
El anuncio se da en momentos en que la industria automotriz estadounidense enfrenta un desabasto de aluminio a consecuencia de un incendio que dejó inhabilitada una fundidora del estado de Nueva York.
El complejo industrial es responsable por 36% del suministro a las plantas de ensamble de vehículos ligeros del vecino país y ya ha provocado paros en líneas de producción del área de Detroit, según reportes de la prensa especializada.
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