La Estrategia de Producción para Enfrentar las Incertidumbres Geopolíticas

Thomas Karig/El Pulso de la Industria
Los conflictos comerciales globales y la inestabilidad geopolítica exigen un realineamiento estructural de los modelos de producción industrial. El principio “Local for Local” , o sea “lo local para lo local”, ofrece una respuesta estratégica: la producción tiene lugar donde surge la demanda. Los ecosistemas productivos regionales mejoran la resiliencia, reducen las dependencias y permiten la diferenciación tecnológica.
Las empresas deben actuar ahora: a través de la diversificación de ubicaciones, centros regionales de excelencia y sólidas estrategias de gestión de riesgo.
Dinámica global e imperativos estratégicos
La industria automotriz se encuentra en un punto de inflexión. Los requisitos de digitalización, electrificación y sostenibilidad están cambiando profundamente la forma de creación de valor y los mecanismos de mercado. Al mismo tiempo, el cambio estructural geopolítico está teniendo un impacto en las redes de suministro y producción existentes. Los actores de las principales áreas económicas, especialmente los Estados Unidos, la UE y China, están aplicando cada vez estrategias comerciales más proteccionistas.
Ante este desafío, el principio de “lo local para lo local” está adquiriendo una relevancia estratégica. Va mucho más allá del famoso nearshoring y significa un cambio de paradigma hacia cadenas de valor resilientes ancladas regionalmente. La localización de los procesos industriales no es una retirada táctica, sino un reposicionamiento ofensivo en un mundo de múltiples riesgos y creciente complejidad.
“Lo local para lo local” como respuesta estratégica
El principio “Local for Local” apunta a la realineación estructural de las empresas industriales globales hacia ecosistemas de producción regionales. La atención se centra en establecer un equilibrio operativo entre la demanda y la oferta dentro de regiones económicas definidas, con el objetivo de amortiguar sistemáticamente las perturbaciones macroeconómicas, las intervenciones políticas y las interrupciones logísticas. La producción de vehículos, componentes y tecnologías clave se lleva a cabo donde se encuentra el mercado de ventas. Esto no solo reduce los costos arancelarios y de transporte, sino que también permite una respuesta inmediata a las condiciones volátiles del mercado y el cumplimiento preciso de los requerimientos regulatorios.
Para aterrizar este cambio estratégico, las empresas deben:
- Establecer centros regionales de competencia que integren los conocimientos tecnológicos con las necesidades específicas del mercado,
- Establecer métricas de resiliencia para que la solidez de las redes de producción locales sea medible y controlable,
- Asegurar y acelerar el desarrollo de las capacidades de los trabajadores calificados locales a través de programas de cualificación específicos.
- Mejorar el desempeño de sostenibilidad a través de rutas de entrega más cortas, estándares mas controlables y adaptados a las necesidades regionales.
Este enfoque también abre nuevas oportunidades para la industrialización regional, la creación de empleos calificados y la integración en las políticas tecnológicas nacionales. “Local for Local” no es, por tanto, una solución de emergencia, sino un modelo estratégico para el futuro de la soberanía industrial en el siglo XXI.
Interdependencias mundiales en la era del proteccionismo
Los conflictos comerciales actuales nos demuestran lo vulnerables que son los sistemas de producción globales. Las empresas que dependen de estructuras centralizadas de producción con acceso a los mercados globales se están viendo especialmente presionadas. La estrategia de producción descentralizada representa un cambio de paradigma. Esta transformación requiere no solo grandes inversiones, sino también un replanteamiento en la gestión de las cadenas de suministro globales y en el diseño de la colaboración industrial. Las cadenas de valor se están convirtiendo así en instrumentos estratégicos para la gestión de riesgos y la resiliencia empresarial.
La flexibilidad tecnológica como ventaja competitiva
Además de la diversificación geográfica, las empresas deben buscar la flexibilidad tecnológica. Las líneas de producción que pueden producir vehículos eléctricos, y también autos con motores de combustión o híbridos, permiten reaccionar a las tendencias del mercado y responder a las diferencias regionales. Aquellos que se mantienen flexibles aquí aseguran cuotas de mercado y reducen el riesgo de inversión.
Estrategias de producción en la era de la volatilidad geopolítica
La creciente incertidumbre en los mercados internacionales deja inequívocamente claro que las estrategias globales de producción deben ser repensadas, redefinidas y realineadas constantemente. El principio de “lo local para lo local” no debe entenderse como una reacción temporal, sino como un plan viable para una industria más resiliente, sostenible y competitiva.
Hay que actuar ahora: Reducir la dependencia de las cadenas de suministro transfronterizas. Establecer estructuras productivas descentralizadas que estén orientadas a la creación de valor regional y a la adaptabilidad regulatoria. Realizar inversiones específicas en clústeres regionales de innovación y fortalecer las asociaciones con los actores tecnológicos locales. Establecer ventanas de tiempo claras, por ejemplo, para los próximos cinco años, para completar las decisiones estratégicas de ubicación.
Hay que generar estructuras de gobernanza resilientes. Esto significa desarrollar sistemáticamente nuevas competencias e implementarlas. Por ejemplo, en la gestión de cumplimiento de la regulatoria local e internacional. Pero también en la gestión de riesgos enfocada a objetivos, procesos, cumplimiento e integridad. Estos sistemas de gestión son los que nos proporcionan la verdadera sostenibilidad para nuestra empresa: la capacidad de prevalecer y prosperar en un entorno de incertidumbre.
Debemos asegurar el control de los sistemas de producción distribuidos y la localización inteligente de los procesos de investigación y desarrollo. Entrenar a los líderes en resiliencia geopolítica nos permitirá desarrollar escenarios y sistemas de alerta temprana para anticiparnos a tendencias proteccionistas y riesgos regulatorios.
Aprovechar la dinámica de las nuevas formas de cooperación significa promover alianzas intersectoriales, participar activamente en plataformas regionales de innovación y diseñar interfaces estandarizadas para generar eficiencia aun con distintas ubicaciones. Debemos asumir localmente la responsabilidad económica, ecológica y estratégica. Aquellos que actúan de manera proactiva ahora crean capacidad estratégica para actuar en una era de volatilidad geopolítica. “Local for Local” es más que un principio de producción, es un modelo para el futuro de la industria. Aprovechemos esta oportunidad para generar juntos la resiliencia, la competitividad y la sostenibilidad. Convirtámonos en creadores de esta nueva realidad industrial, ahora.
Texto basado en una publicación del Prof. Dr. Klaus-J. Schmidt, Experto en Producción y Logística, Instituto EVP de Sistemas de Producción y Logística, Alemania
