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La iniciativa de imponer aranceles de 25% a la importación de camiones pesados ha desatado una pugna entre las tres grandes automotrices de Detroit, con las operaciones de ensamble de uno de ellos en suelo mexicano como centro del pleito. Lo anterior, de acuerdo con un reporte de Bloomberg (requiere suscripción).
Fuentes consultadas por el medio estadounidense indican que por un lado, Ford y General Motors gestionan ante el gobierno del presidente Donald J. Trump que la medida se aplique sin excepciones, mientras que Stellantis cabildea concesiones para los vehículos de dicho segmento que produce en Saltillo, Coahuila.
Representantes de la marca del óvalo afirman que el trato especial para su rival pone en desventaja de costos a las pickups de trabajo mediano y pesado que produce en Estados Unidos y cuyos componentes sí están sujetos a aranceles.
Por su parte, GM argumenta que si Stellantis obtiene algún tipo de protección, otras armadoras también deberían recibir trato especial para los modelos que produce en México, señala el informe.
De los tres fabricantes, Stellantis es el único que produce camionetas Medium y Heavy Duty en México. GM fabrica dichas pickup en Estados Unidos y Canadá, mientras que Ford produce el 100% de estos vehículos “en casa”.
Sin embargo, cada una de estas unidades es equipada ya sea con un motor producido en Chihuahua o en Windsor, Ontario, los cuales están sujetos a aranceles.
La Casa Blanca anunció a finales de septiembre la intención de imponer dichas barreras comerciales a la importación de vehículos de trabajo mediano y pesado de más de 10 mil libras de peso, misma que entraría en vigor a partir del 1 de octubre.
No obstante, la fecha llegó sin que los aranceles comenzaran a aplicarse y todo indica que la pugna entre los 3 Grandes de Detroit forma parte de los motivos.
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