La Industria Automotriz: Perdida en una Transición que Parece no Comprender

5 agosto, 2024

    Luis Sillas/Los Motores

    El panorama automotriz experimenta un terremoto. Los fabricantes de automóviles occidentales que alguna vez fueron dominantes, incluidos los de EE. UU., Europa y Japón, enfrentan desafíos sin precedentes por parte de sus competidoras chinas. Un enfoque excesivo y prematuro en los vehículos eléctricos (EV), junto con la desaceleración inesperada en la adopción de estos por parte de los consumidores, los ha dejado luchando por redefinir sus estrategias.

    El énfasis excesivo en los vehículos eléctricos:

    El rápido ascenso de Tesla creó una mentalidad de fiebre del oro dentro de la industria automotriz occidental. El atractivo de los vehículos de cero emisiones y los posibles subsidios gubernamentales llevaron a inversiones significativas en el desarrollo de vehículos eléctricos a expensas de otras tecnologías. Este enfoque singular, sin embargo, resultó ser un error de cálculo.

    Mercado de vehículos eléctricos estancado:

    Si bien las perspectivas a largo plazo para los vehículos eléctricos siguen siendo prometedoras, el mercado ha madurado más lentamente de lo previsto. Factores como las limitaciones en la infraestructura de carga, los costos de las baterías y las preocupaciones e inconveniencias para los consumidores sobre la autonomía y los tiempos de carga han moderado la adopción de los vehículos eléctricos.

    Oportunidades perdidas:

    El énfasis excesivo en los vehículos eléctricos llevó a un descuido de la tecnología de motores de combustión interna (ICE). Si bien los vehículos con motor de combustión interna siguen siendo la fuerza dominante a nivel mundial, los avances en la eficiencia del combustible, la reducción de emisiones y el rendimiento se han estancado. Esto ha dejado a los fabricantes de automóviles occidentales vulnerables a la competencia de las empresas que continuaron invirtiendo en el refinamiento de ICE.

    El tsunami chino

    Los fabricantes de automóviles chinos se han convertido en competidores formidables, desafiando el status quo en el mercado automotriz mundial. Su rápido ascenso puede atribuirse a varios factores:

    Ventaja de costos: Aprovechando las economías de escala, los menores costos de mano de obra y el apoyo del gobierno, los fabricantes chinos tienen una ventaja de costos significativa sobre sus contrapartes occidentales. Esto les permite, a algunos, ofrecer precios altamente competitivos sin comprometer la calidad.

    Destreza tecnológica: Contrariamente a la percepción de ser meros imitadores, los fabricantes de automóviles chinos han logrado avances sustanciales en tecnología. Están cerrando rápidamente la brecha en áreas como la tecnología de baterías, motores de combustión interna con eficiencias térmicas nunca vistas, como los anunciados recientemente por BYD y Geely con una eficiencia del 46%, contra un 41% del motor más eficiente actualmente en el mercado (Toyota). Sumémosle a esto la superioridad mostrada en conducción autónoma y la conectividad de algunos vehículos chinos.

    Agilidad del mercado: Las empresas chinas son más ágiles y adaptables a las condiciones cambiantes del mercado. Pueden introducir rápidamente nuevos modelos, ajustar la producción y responder a las preferencias de los consumidores al no seguir las normas tradicionales sin que, en muchos casos, se comprometa la fiabilidad.

    El enfoque híbrido: un posible camino a seguir

    Dadas las complejidades del mercado automotriz, un enfoque híbrido que combine lo mejor de ambos mundos podría ser la clave para la supervivencia de los fabricantes de automóviles occidentales.

    Refinamiento de los motores de combustión interna:

    Seguir invirtiendo en tecnología de combustión interna es crucial, como lo mostraron Toyota, Mazda y Subaru anunciando la colaboración en el desarrollo de motores de combustión con altas eficiencias energéticas. Esto, se torna crucial especialmente en los mercados en los que la adopción de los vehículos eléctricos es limitada. La atención debe centrarse en mejorar la eficiencia del combustible, reducir las emisiones y mejorar el rendimiento.

    Vehículos híbridos e híbridos enchufables (HEV/PHEV):

    Estos vehículos ofrecen un puente entre las tecnologías ICE y EV. Pueden ayudar a reducir las emisiones al tiempo que proporcionan a los consumidores una mayor flexibilidad.

    Aceleración de los vehículos eléctricos:

    Aunque el mercado de los vehículos eléctricos se ha enfriado, las perspectivas a largo plazo siguen siendo sólidas. Los fabricantes de automóviles deberían seguir invirtiendo en tecnología de baterías, infraestructura de carga y modelos de vehículos eléctricos, pero con un enfoque más mesurado y centrado en la reducción de costos.

    Las automotrices chinas desafían la estancada estrategia de América del Norte.

    Históricamente, los fabricantes de automóviles de la región disfrutaron de una ventaja de costos sustancial, aprovechando las economías de escala y una cadena de suministro profundamente arraigada. Sin embargo, fabricantes chinos como BYD, con una capitalización de mercado que eclipsa a las de Ford, GM y Stellantis, están erosionando rápidamente esta ventaja. Al ofrecer precios competitivos, junto con avances tecnológicos y diseños mejorados, desafían el dominio de los jugadores establecidos.

    México, con sus menores costos laborales y su ubicación geográfica estratégica, ha sido una piedra angular de la producción automotriz de América del Norte. El potencial de los fabricantes de automóviles chinos para establecer operaciones de fabricación a gran escala en México es una amenaza inminente. Si bien el T-MEC tiene como objetivo proteger la industria automotriz de la región, persisten las preocupaciones sobre las lagunas que podrían facilitar el aumento de las importaciones de componentes fabricados en China. Esto podría provocar importantes pérdidas de puestos de trabajo y una disrupción en la cadena de suministro norteamericana.

    El mercado de los vehículos eléctricos, una vez anunciado como el salvador de la industria, no se ha materializado tan rápido como se anticipó. Las tasas de adopción más lentas de lo esperado han obligado a los fabricantes de automóviles a reevaluar sus estrategias de inversión. La reciente decisión de Ford de recortar 3,200 puestos de trabajo, citando los costos inflados de desarrollo de vehículos eléctricos o, Stellantis dejando ver la posibilidad de recortar poco mas de un tercio de su fuerza laboral en los Estados Unidos, ambos comunicados son un excelente ejemplo de la recalibración de la industria. 

    Tesla, que alguna vez fue el rey indiscutible de los vehículos eléctricos, también se enfrenta a una competencia cada vez mayor. Si bien mantiene una sólida posición en el mercado, la volatilidad del precio de las acciones de la empresa refleja las preocupaciones de los inversores sobre su valoración y la intensificación del panorama competitivo.

    El clima político complica aún más las cosas. Las políticas proteccionistas pueden perturbar las cadenas de suministro y obstaculizar el crecimiento económico, mientras que los enfoques colaborativos pueden fomentar la innovación y la creación de empleo. La estabilidad y las perspectivas económicas de México también son factores críticos que influyen en las decisiones de inversión.

    En conclusión, la industria automotriz occidental se encuentra en una encrucijada. Para recuperar su ventaja competitiva, debe aprender de sus errores, adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y adoptar una cartera de productos más diversificada. Al combinar las fortalezas de las tecnologías ICE, híbridas y eléctricas, los fabricantes de automóviles occidentales pueden posicionarse para el éxito a largo plazo.

    Además, la confluencia de la competencia china y las incertidumbres económicas ha obligado a una pausa estratégica. Para navegar por este complejo panorama, los fabricantes de automóviles deben priorizar la innovación, la rentabilidad y la flexibilidad. La falta de adaptación podría dar lugar a importantes pérdidas de cuota de mercado y a la pérdida de puestos de trabajo, pero para eso, primero deben comprender lo que sucede y reinventarse rápidamente. Pero pareciera que no lo comprenden o no tienen la velocidad necesaria.

    Luis Sillas Niebla, Ingeniero industrial, PMP®. Profesional en proyectos de la industria automotriz desde hace casi dos décadas. Comunicador en radio, prensa escrita y medios digitales por poco más de un lustro. Entusiasta de los autos de por vida. Contacto: @sillasniebla