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SLP – La falta de microchips en la industria automotriz global ya ha tenido un mayor impacto en las estadísticas de producción en 2021, esto como consecuencia de la pandemia del COVID-19 en 2020.
Dicha situación provocó que el consumo masivo de dispositivos electrónicos se disparara durante períodos prolongados, lo cual provocó cierres prolongados en diferentes actividades, especialmente la automotriz.
Mientras que plantas como la de GM en San Luis Potosí han pasado meses sin actividad debido a cierres prolongados, otras están cerrando de vez en cuando para ajustarse a la oferta y demanda de componentes semiconductores.
“En el caso de la planta de ensamblaje de Volkswagen en Puebla, el paro laboral más reciente comenzó a mediados de septiembre y se extenderá hasta octubre,” informó el sindicato de la planta de ensamblaje.
Asimismo, indicó que a los trabajadores se les pagará entre 57,5% y 63% de su salario diario por los días de paro.
Por otro lado, la planta de Honda en Celaya, la cual durante 2021 logró recuperar significativamente su producción respecto a 2020, tendrá que pararse durante todo el fin de semana, volviendo a las actividades en los próximos días.
Esta es la tercera vez este año que la planta japonesa tendrá que detener sus actividades. La falta de semiconductores y algunos otros suministros son las causas mencionadas para el paro.
“Quizás el caso más grave sea el de GM en San Luis Potosí, cuyas interrupciones han afectado no solo la producción de miles de vehículos, sino también a más de 20 empresas de autopartes entre Tier 1 y Tier 2 en la región del Bajío,” según Carlos Mendizábal Pérez, presidente de la CANACINTRA San Luís Potosí.
Fuente: Clúster Industrial