Industria Automotriz se Prepara para Embate de Aranceles

Carlos Arredondo/HorsePower
El presidente Donald J. Trump firmó una orden ejecutiva que implementará aranceles de 25% a los autos importados por Estados Unidos a partir del primer minuto del próximo 3 de abril.
En el caso de los vehículos importados de Canadá y México que cumplan con las reglas del T-MEC, los aranceles sólo se aplicarán al valor del contenido no estadounidense, dio a conocer la Casa Blanca.
El gravamen también se cobrará a autopartes como motores y transmisiones “a más tardar el 3 de mayo”.
De igual forma, los componentes procedentes de Canadá y México que cumplan con las reglas del T-MEC estarán exentos, aunque solo por un tiempo, en lo que el Departamento de Comercio implementa un sistema en la aduana estadounidense (CBP) para agilizar la clasificación de las mercancías y el cobro de los respectivos aranceles.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard Casaubón, quien se encontraba en Washington al momento del anuncio, dijo que el gobierno mexicano buscará obtener un trato preferencial tanto en vehículos y autopartes.
El funcionario viajó a la capital estadounidense para sostener conversaciones con el secretario de Comercio estadounidense Howard Lutnick y sostuvo una videollamada pública con la titular del ejecutivo, Claudia Sheinbaum, quién descartó implementar de momento aranceles a las importaciones de Estados Unidos.
Del Escepticismo al Pesimismo
Trump dijo que los aranceles tienen como fin incentivar la producción de más vehículos y autopartes en territorio estadounidense, pero diversos analistas y directivos de la industria han advertido que la medida traerá consecuencias adversas.
De acuerdo a una encuesta de MEMA (Motor & Equipment Manufacturers Association), un 80% de las empresas afiliadas a este organismo dijeron que serían impactadas financieramente con la aplicación de aranceles a México.
El 24% de estos fabricantes de autopartes, que proveen tanto a ensambladoras de autos (OEMs) como al mercado de refacciones y accesorios (aftermarket), dijo que si la medida dura más de un mes reducirían o cancelarían por completo inversiones en Estados Unidos.
Un porcentaje menor, el 13%, afirmó que recortaría empleos en territorio estadounidense en el escenario mencionado.
Si los aranceles se mantienen por seis meses, el porcentaje de empresas que reducirá o cancelará inversiones se eleva a 57%, mientras que la fracción de quienes implementarán recortes de empleos aumenta a 47%.
Otro de los efectos más previsibles es el incremento de precios, lo que reducirá el ritmo de ventas y a su vez provocará recortes en volúmenes de producción.
“Los aranceles costarán una fortuna a las OEMs, pero si los trasladan al consumidor, la industria entera enfrentará los costos ya que se comprarán significativamente menos vehículos”, dijo Rob Wildeboer, presidente ejecutivo y cofundador de la proveedora canadiense Martinrea International Inc., durante la última conferencia de resultados de la compañía.
El directivo aseguró que es solo cuestión de tiempo para que los aranceles comiencen a provocar paros en las líneas de ensamble.
“Algunos parecen no comprender esto. Si los proveedores Tier 2 o Tier 3 no envían producto o no pueden pagar los aranceles para obtenerlos, la cadena de suministro se interrumpe y se deja de fabricar automóviles”, aseveró Wildeboer.
El director ejecutivo de Martinrea, Pat D’Eramo, agregó que será difícil trasladar producción tanto de componentes como de vehículos completos a Estados Unidos, ya que “no hay capacidad para la localización, al menos nada significativo”.
D’Eramo agregó que aún si las empresas tuvieran disponible capacidad de producción en Estados Unidos, la tasa de empleo no la sustentaría. “Simplemente no hay suficientes personas con las habilidades necesarias para asumir mucha más capacidad”, aseguró.
Ni Tesla se Salva
Información de GlobalData indica que de las automotrices que operan en Estados Unidos, Tesla sería la menos afectada, ya que produce en el vecino país el 100% de los vehículos que ahí comercializa.
Sin embargo, el mismo Elon Musk dijo en la red social X que el impacto que su compañía recibirá debido a las autopartes que importa “no es algo trivial”.

Estimaciones del Departamento de Transporte estadounidense, particularmente de la NHTSA, indican que los vehículos Tesla contienen entre 20 y 25% de componentes fabricados en México.
Después de la automotriz de Musk, la compañía menos expuesta a los aranceles es Ford, que importa el 21% de los vehículos que vende en el mercado estadounidense. La firma del óvalo es seguida por Honda, que produce en el exterior 35% de lo que comercializa en EU.
Para Stellantis y Subaru la vulnerabilidad es similar pues importan 45%, mientras que General Motors los sigue de cerca con un 46% de vehículos producidos fuera de Estados Unidos.
A pesar de contar con una fuerte base manufacturera en el vecino país, Toyota se encuentra en el grupo de empresas que más será impactada, ya que importa el 51% del volumen comercializado en ese mercado.
El mismo caso con BMW, que opera su mayor planta ensambladora a nivel mundial en Carolina del Sur, sin embargo importa el 52% de sus ventas, mientras que para su compatriota Mercedes-Benz el porcentaje es de 63%.
Kia y su compañía matriz Hyundai, que previo al anuncio de los aranceles reveló planes para invertir 21 mil millones de dólares para ampliar su base manufacturera en EU, importan 65% de los vehículos que comercializan en ese mercado, según GlobalData.
Volkswagen importa el 80%; Mazda, 81%; Volvo/Geely, 90%; y finalmente Jaguar Land Rover (JLR), así como las subsidiarias de VW, Audi y Porsche, producen en el exterior el 100% de los vehículos vendidos en Estados Unidos.
Adiós Autos Asequibles
Como ya se mencionó, uno de los efectos inmediatos será el incremento de precios, el cual tomará solo unas semanas para manifestarse y, de acuerdo a varios analistas, será más notable en los vehículos de gama asequible.
Cox Automotive estima que existen en el mercado estadounidense 27 modelos bajo la línea de los 30 mil dólares y al menos la mitad de estos será impactado severamente por los aranceles.
La producción de cuatro de estos modelos ya fue descontinuada, entre ellos el Chevy Malibu, mientras que otros como el Versa y el Altima desaparecerán del mercado en el mediano plazo.
Muchos de estos vehículos asequibles provienen de México, Canadá y Corea del Sur, y de acuerdo a las estimaciones de Cox Automotive, la implementación de aranceles incrementará los precios de esas unidades en 5 mil 300 dólares en promedio.
Para dimensionar el impacto, la firma de análisis y consultoría resaltó que este segmento representó el 13% de las ventas en el mercado estadounidense en el 2024, y que la experiencia obtenida durante la pandemia puede dar una clara idea de lo que viene.
“Ya vimos esta película. Durante el covid la oferta se contrajo, los costos se dispararon. Aunque el aumento de precios obedece a razones distintas, es de esperarse que el mercado no lo pueda absorber”, dijo Charlie Chesbrough, economista sénior.
El analista dijo que la situación será especialmente difícil para hogares con ingresos menores a los 100 mil dólares anuales. “En aquel periodo vimos al 10% de estos consumidores abandonar el mercado de vehículos nuevos”, advirtió.
Un Leve Repunte, Luego el Declive
Los analistas reconocieron que los aranceles contribuirán a un repunte en las ventas, ya que los distribuidores están motivando a los consumidores a aprovechar los últimos días que los vehículos en inventario mantienen los precios vigentes, pero este incremento será momentáneo y la tendencia a la baja vendrá enseguida.
“Espero que veamos una actividad de ventas relativamente fuerte durante un mes o dos, pero los precios subirán y las ventas se desacelerarán notablemente antes del final del segundo trimestre”, advirtió Jeremy Robb, director sénior de Perspectiva Económica e Industrial.
Dicha situación contribuirá a una desaceleración en la producción de vehículos en Estados Unidos, pero no será el único factor, ya que los aranceles a las autopartes también impactarán considerablemente a las armadoras.
De acuerdo a estimaciones de la propia Casa Blanca, los autos ensamblados allá contienen a lo mucho un 50% de componentes producidos en el vecino país, mientras que el resto es importado.
Por esta razón Jonathan Smoke, economista en jefe de Cox, se aventuró a decir, apenas unas horas antes de que la Casa Blanca anunciará la orden ejecutiva, que tomará solo dos semanas ver un efecto devastador.
“Si los aranceles pasan esta vez, a mediados de abril, esperamos interrupciones en prácticamente toda la producción de vehículos en América del Norte que ascenderán a 20 mil vehículos menos por día, aproximadamente un impacto de 30% del total”, alertó.
Sin embargo, debido a que el gravamen a las autopartes fue pospuesto hasta mayo, “es posible que no afecten tanto como temíamos”, corrigió el analista en una nota posterior, no sin advertir que el panorama persiste sombrío.
“Como nuestro equipo ha señalado anteriormente, aumentar la producción nacional es un objetivo admirable, pero la situación actual del mercado automotriz mundial lleva más de seis décadas gestándose”, dijo Smoke.
“El cambio no ocurrirá de la noche a la mañana ni en pocos años. La evolución será lenta y difícil, y a corto plazo, tras un breve repunte inicial en las compras, prevemos una caída en las ventas de vehículos, un aumento en los precios de los vehículos nuevos y usados, y la eliminación de algunos modelos si persisten los aranceles”, concluyó el economista en jefe de Cox Automotive.
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