Crisis Estructural, no Perturbación de la Electromovilidad

César Roy Ocotla
En otras entregas ya advertíamos del avance chino en materia de electrificación de la industria automotriz. Ese proceso inició a finales del siglo pasado cuando el gigante asiático planeó su desarrollo industrial hacia el 2030. Ante el tremendo subdesarrollo social se hacía ingente un brinco hacia la modernización, dada la severa crisis ambiental de la alta contaminación en Beijing.
Lo que China ha conseguido en apenas 25 años es cambiar el tablero de la producción masiva de vehículos de combustión interna a la electrificación, poniendo en serios aprietos a la gran industria estadounidense y europea.
Ese auge se ha conseguido por la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías, acompañado de un diseño audaz de los automóviles y la producción masiva de unidades que abaratan el costo y amplían el abanico de cobertura de sus exportaciones mundiales. Nadie se salva.
Sin embargo, algunos analistas europeos, sobre todo de la academia universitaria que son los menos contaminados por la cortina de la globalización económica y de la producción, señalan que la industria vive actualmente una perturbación de la electromovilidad al referirse a la baja demanda que hay hacia los autos eléctricos tanto en Europa como en América.
No abordan el aspecto geopolítico y geoeconómico de la situación: El tope que encuentra el modelo neoliberal o globalizador y el auge que están teniendo las naciones soberanistas del Sur Global agrupadas en el multilateralismo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), ampliado con otros países como Arabia Saudita, Etiopía, Irán y algunos más.
Esos mismos actores hablan de un nerviosismo tecnológico representado por la veloz carrera hacia la inteligencia artificial, que será la nueva bandera para incrementar las ventas de automóviles, una vez superada la pesadilla de la electrificación. Pero ese escenario no será posible de verse si la guerra comercial entre Estados Unidos y China se complica con una crisis de neo-guerra militar en los conflictivos cónclaves de Oriente Medio (Israel, Gaza, Irán, Siria), Ucrania y las dos Coreas en el sudeste asiático.
Todo se complica con la ingobernabilidad que se vive ahora mismo en Estados Unidos con la supremacía Trump poniendo a temblar a propios y extraños; la Francia dividida, la Alemania fracturada ante el avance de los grupos ideológicos, la Surcorea con autogolpes y un Mercosur también dividido ante un Brasil reconciliador y una Argentina belicosa.
El Freno al Auto Eléctrico y Avance de los Híbridos
La gente se dio cuenta que comprar un auto eléctrico le significaba desembolsar el dinero que no se tenía; esclavizarse a Tesla con paquetes de tecnología que te hacían pagar más por una unidad; falta de una infraestructura de cargadores eléctricos que, suponía la industria, se responsabilizaría a un Estado protector de la industria mientras otras visiones le encargaban el paquete al propio sector de la automoción que a final de cuentas es el beneficiario de las ganancias de la venta de vehículos. Y ya ni hablar del costoso gasto en la eliminación o remanufacturación de las baterías que, para los ecologistas honorables, representan un mayor problema de contaminación ambiental a lo que alientan aliviar.
Fue la crisis energética europea, tras la explosión en North Stream en el Norte del Atlántico con los gasoductos rusos, lo que despertó a las miles de personas que se animaron a adquirir un auto de baterías de litio. Vieron los inconvenientes de la energía cara.
Tras la pesadilla, la industria se da cuenta del necesario regreso a la hibridización del sector, que representa la mejor idea en la transición hacia las nuevas tecnologías limpias. Tener un auto que jamás te dejará si tienes una reserva de gasolina, ante uno eléctrico que no da la confianza en la carretera.
China, en cambio, domina el panorama con la economía circular que representa tener todos los insumos necesarios en la producción de autos eléctricos, incluidas baterías de alto rendimiento y rápida carga y minerales raros para la elaboración, entre otros. Y si a ello le aunamos un bajo costo de los autos y una venta a precios atractivos, entenderemos por que se convierten en los amos del tema automotriz electrificado.
Hasta Luego Agenda Verde
Con el regreso del petrolero Trump al Poder, la agenda verde hacia los autos no contaminantes, se archiva. La gasolina seguirá siendo el elemento que mueva a una industria que pareciera no encontrar la salida después de tantas pérdidas económicas, cierre de fábricas y despido de miles de trabajadores.
Las guerras complican el equilibrio energético o la satisfacción de la demanda de electricidad para los vehículos. Por tanto, todo mundo sabe que será necesario voltear una vez más a las gasolineras y cargar el tanque, sin que ello signifique clausurar los avances hay conseguidos en materia de electromovilidad, sobre todo masiva como los camiones y autobuses eléctricos.
