Peligran empleos del ramo automotriz
Horsepower
MÉXICO—En las últimas semanas, miles de empleados han regresado a trabajar a las plantas de autopartes, después de retrasarse dos meses en las entregas debido al paro tras la explosión de casos de coronavirus en el país.
Pero el arranque de actividades, en un entorno con nuevos casos surgiendo cada día y con solo una tercera parte de la plantilla, es apenas el primero de los innumerables desafíos que enfrentan los fabricantes de componentes. Tras el desplome en las ventas de vehículos a nivel global y el paro de operaciones, varias de ellas ya tiene problemas de liquidez y el temor es que la situación empeore y se traduzca en recortes si no empiezan a llegar pedidos.
“Ahorita estamos arrancando, pero realmente no sabemos qué se viene hacia adelante. La demanda de componentes depende de las ventas de vehículos, pero éstas se han derrumbado”, dice Ulrich Thoma, presidente del Clúster Automotriz de la Zona Centro (Clauz), quien no descarta que en el segundo semestre del año pudiera haber reducciones de turnos, despidos e incluso el cierre de algunas plantas.
México es el mayor proveedor de componentes automotrices para Estados Unidos, sin embargo, IHS Markit proyecta que las ventas en ese mercado podrían caer hasta los 14 millones de unidades en 2020, casi cuatro millones menos que en 2019. Y esto pondrá en aprietos a las 1,500 plantas de autopartes que operan en el país.
Aunque ahora las plantas de autopartes enfrentan los mayores desafíos para mantener los 800,000 empleos que generan a nivel nacional, las armadoras podrían no escapar a los recortes.
Por ejemplo, Nissan Mexicana ya acordó con el sindicato de trabajadores de la empresa un recorte de 200 puestos de trabajo en una de sus plantas en Aguascalientes, que afectará a los trabajadores de menor antigüedad en diversas líneas de producción, quienes recibirán una liquidación calculada con base en su salario integrado.
Fuente: Expansión