Horsepower
MÉXICO—La industria automotriz, que en los últimos años se ha posicionado como uno de los motores de la economía mexicana, ha resentido profundamente los efectos negativos producidos a consecuencia la contingencia por el COVID-19.
Sin embargo, para Janneth Quiroz, subdirectora de Análisis Económico de Grupo Financiero Monex, este retroceso se ha registrado desde el año pasado, “el sector automotriz ha presentado una contracción por varios meses, con lo que la tendencia a la baja ya se podía observar inclusive antes de la pandemia del COVID-19”.
“Hacia adelante, el panorama luce complicado para la industria, pues ante un escenario de crisis, el consumo de bienes duraderos y de vehículos suele contraerse y la reactivación dependerá de qué tan rápida sea la recuperación económica. Al respecto, aún se desconoce cuál será la profundidad y duración de la recesión económica, factores que estarán determinados, en parte, por la evolución de la pandemia”, agregó.
Quiroz considera que las mayores afectaciones para la producción de autos ligeros se registrarán en los meses de abril y mayo y señaló como responsables a las medidas de aislamiento y la suspensión de las actividades económicas no esenciales.
Además, el panorama para este año no es nada prometedor. “Para 2020, estamos esperando una reducción cercana al 20% en comparación con el año previo”.
Así es válido señalar que 2020 representará para la industria automotriz nacional un año de contracción por lo que es necesario mirar a mediano y largo plazo para poner en práctica diferentes acciones para iniciar la recuperación del sector.
“Esperamos que el sector empiece a mostrar una recuperación el próximo año, la cual podría acelerarse hacia 2022, considerando que existe un esfuerzo mundial por tratar de acelerar la recuperación económica global, con lo que se han anunciado medidas extraordinarias de estímulo, esperamos que el sector pudiera empezar a registrar tasas de crecimiento positivas hacia la segunda mitad de 2021”, señaló.
Fuente: El Economista