La industria automotriz exige certeza de que el sector podrá reiniciar operaciones esta semana

12 mayo, 2020

MÉXICO—La industria automotriz exigió al gobierno federal que se otorgue certeza jurídica y oficialice al sector como esencial para reabrir las plantas este martes o miércoles, porque los proveedores de autopartes deben abastecer a las plantas armadoras en Estados Unidos cinco días antes.

El presidente de la Industria Nacional de Autopartes (INA), Óscar Albín, dijo que la promesa del mandatario de México, Andrés Manuel López Obrador, fue que la industria de autopartes operaría entre tres y cinco días previos al reinicio de operaciones la actividad en Estados Unidos, programada para el 18 de mayo, y por lo tanto se abriría el miércoles.

“Necesitamos certeza en las fechas de reinicio de operaciones, porque lo peor es la disrupción de las cadenas productivas en Norteamérica”, dijo Fausto Cuevas, director de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA).

El directivo demandó “certeza” para saber cuándo el Consejo de Salubridad General anunciará que la industria puede reiniciar labores.

“Si no abastecemos, habrá pérdidas de empleos y debilitamiento de México en el mercado regional y mundial. Decidir entre el 13 o 18 de mayo será la diferencia para salvar cientos de miles de empleos”, advirtió Miguel Elizalde, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).

Además, afirmó que las plantas automotrices se encuentran listas para la reapertura con protocolos laborales y sanitarios, y debido a que en Estados Unidos las plantas de vehículos pesados nunca cerraron “no debemos dejar que se busquen otros países (proveedores) como alternativa”, dado el paro de actividades en México.

Sobre la propuesta del gobierno federal de abrir de manera regional, el presidente de la INA dijo que, segmentar al país en regiones, ciudades o municipios sería totalmente inoperativo, pues “estaríamos deteniendo la manufactura por la falta de algún componente en alguna fábrica”.

Fuente: El Economista